Una Junta Directiva es el órgano de gobierno corporativo designado por la Asamblea, los Asociados o el Consejo de Fundadores de una organización para guiarla hacia el logro de su propósito y visión. Es un pilar fundamental en cualquier organización, ya que garantiza la transparencia y rendición de cuentas, y vela por el impacto positivo y sostenible de la organización. 

Cada una de las personas que conforma una Junta Directiva debe cumplir una misión dentro de ella. Como bien lo menciona en su Blog: Andrés Mesa, consultor de Gobierno Corporativo: El proceso de selección de una Junta responde a las necesidades estratégicas y coyunturales de la organización en cada momento, y ya no se basa únicamente en perfiles predefinidos como solía hacerse. Esta conexión entre las necesidades de la organización y la definición del perfil de los miembros de la Junta, así como el proceso de selección, busca garantizar que la Junta genere valor y contribuya a la sostenibilidad de la organización. 

Una Junta moderna y propositiva debe: 

• Guiar: Este es el principal objetivo, pues es la instancia de gobierno corporativo que acompaña y asesora a la Gerencia o Dirección en la implementación de la estrategia. Guiar también implica retar, anticipar posibles desafíos y oportunidades, proponer ajustes, y en general, colaborar en la toma de decisiones estratégicas para garantizar que la organización avance hacia sus metas de manera efectiva y sostenible. Este acompañamiento no se debe confundir con la coadministración, que es la intromisión en la cotidianidad de una organización y debilita la estructura de gobierno corporativo. 
• Evaluar y evaluarse: En una organización con propósito social, el impacto positivo en la comunidad es fundamental. La Junta Directiva se debe asegurar de que la organización esté cumpliendo con su misión y generando el mayor impacto posible, evaluando constantemente sus programas y proyectos para mejorar su eficacia y eficiencia. Así mismo, debe velar por la salud financiera de la organización, por su talento y bienestar. Una Junta también se debe evaluar a sí misma al menos una vez al año para asegurar que esté cumpliendo su propósito.
• Generar confianza: Una Junta debe asegurar la transparencia y la rendición de cuentas de la organización. Esto implica que las decisiones y acciones de la organización se tomen de manera ética y responsable, comunicando de forma clara y precisa a todas las partes interesadas cómo se utilizan los recursos y cuál es el impacto generado. En procesos de movilización de recursos, es común encontrar cooperantes que preguntan quiénes son los miembros de la Junta Directiva, especialmente en las etapas finales de decisión de una donación. Por ello, sus perfiles, compromiso y conexión con la organización, son fundamentales. 
• Conectar: Una Junta Directiva efectiva debe establecer y mantener conexiones valiosas con diversas partes interesadas, incluidos donantes, colaboradores, aliados estratégicos y otras organizaciones. Estas relaciones son fundamentales para el éxito y la sostenibilidad de la organización, ya que pueden abrir puertas a nuevas oportunidades de financiamiento, colaboraciones estratégicas y apoyo técnico. 

En el día a día, en Makaia nos encontramos con organizaciones que no maximizan el potencial de sus Juntas de manera estratégica. A continuación, resaltamos los errores más frecuentes: 

• Conformación: Es común que las mismas personas de la administración o gerencia participen en las Juntas como Miembros oficiales (con voz y voto), lo cual no es una buena práctica, ya que la Junta debe ser independiente para supervisar y orientar la labor de la Dirección Ejecutiva o Gerencia.
• Selección: Seleccionar Juntas Directivas sin una orientación estratégica, únicamente porque los candidatos son cercanos a los fundadores o a la causa, es un error común. Es importante realizar un análisis riguroso para determinar quiénes deberían conformar la Junta y por qué. Una práctica recomendada es identificar los conocimientos y habilidades necesarios en un momento dado, y luego validar si las personas que conforman la Junta poseen estos atributos. La falta de aspectos estratégicos en la Junta puede indicar la necesidad de un cambio. Un proceso efectivo consiste en definir claramente el perfil deseado y buscar personas que se ajusten a este perfil.
• Agenda: Muchas Juntas Directivas se limitan a ser espacios para la entrega de informes, pero su verdadero propósito va mucho más allá. Es fundamental que estas reuniones estén planificadas con antelación, que se establezcan temas a tratar, se envíen informes pertinentes con anticipación y que la reunión se centre en resolver dudas y abordar temas estratégicos. Además, se recomienda elaborar una agenda anual que abarque todos los temas de interés de la organización.
• Toma de decisiones: Es común encontrar Juntas donde las decisiones se toman mediante votación y, por consiguiente, por mayoría. Sin embargo, la verdadera esencia radica en llegar a decisiones por consenso. Aunque esto puede implicar más trabajo, resulta más sostenible, ya que las decisiones consensuadas tienden a ser más respaldadas y duraderas. En este sentido, también se reevalúa la necesidad de tener un número impar de miembros en la Junta, ya que, si las decisiones se toman por consenso, el número par o impar pierde relevancia.

 Las Juntas Directivas son fundamentales para la sostenibilidad de las organizaciones sociales. ¿Cómo consideras que tu Junta Directiva te añade valor? ¿Cómo evalúas su impacto y efectividad? ¿Está tu Junta alineada con las necesidades estratégicas y coyunturales de la organización? ¿Tu Junta está comprometida con asegurar la sostenibilidad de la organización? Este artículo busca generar reflexión sobre la conformación de las Juntas, la selección de sus miembros, la planificación de sus reuniones y la toma de decisiones. Estas acciones pueden marcar la diferencia en la capacidad de la junta para guiar, evaluar, generar confianza y conectar efectivamente, asegurando así un impacto positivo y sostenible en la comunidad.