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Las contrapartidas y su incidencia en la sostenibilidad de proyectos de cooperación internacional

| Anuar Hernández |

¿Qué son las contrapartidas?  

Las contrapartidas son contribuciones porcentuales en dinero o en especie, que hacen las organizaciones a un proyecto o iniciativa. En algunos países también se les denomina coinversiones.  

Normalmente existen dos tipos de contrapartida:  

  • En efectivo: Consiste en aportes de dinero que debe realizar la contraparte local como parte del acuerdo de cooperación. En algunos casos se exige que sean depositados en cuenta bancaria independiente.  
  • En especie: Son aportes no financieros que la contraparte local proporciona para complementar los recursos del proyecto. Estos pueden ser bienes, servicios o cualquier otro tipo de recurso tangible o intangible con un valor calculable. El valor puede ser el equivalente a lo que costaría adquirir un bien o servicio en el mercado, si el socio local no los aportara. Por ejemplo, en un proyecto que requiere el uso de oficinas para el desarrollo de sus actividades, una organización local que cuenta con estas instalaciones puede indicar en el presupuesto del proyecto que las aportará como contrapartida. Para ello, si las instalaciones son propias debe investigar el valor mensual en el mercado que tendría el arriendo de sus instalaciones o indicar en el presupuesto del proyecto el canon mensual real que paga si las instalaciones son alquiladas. Este mismo ejemplo aplica para el uso de equipos, vehículos o materiales para uso del proyecto, servicios profesionales como capacitación, asesoría técnica, entre otros. 

Las contrapartidas no necesariamente proceden de la organización que presenta el proyecto, ya que pueden venir de otros donantes, cooperantes o de las mismas comunidades. Organizaciones financiadoras como la Inter-American Foundation (IAF) valoran los esfuerzos y aportes de los participantes a los proyectos; como por ejemplo el tiempo y esfuerzo de voluntarios de las comunidades o miembros de cooperativas; conocimientos; planta y equipo de asociaciones de productores; terrenos de campesinos, entre otros. De igual forma, se asigna el valor de mercado a cada contribución y se lleva a la columna del presupuesto que se denomina “Otras contribuciones” e indicar que será una contribución en especie (Ver figura 1). 

Figura 1: Contrapartidas en un presupuesto- Fuente: Guía sobre contrapartida para solicitantes de donaciones de la IAF (2022) 

¿Cómo influyen las contrapartidas en la sostenibilidad de los proyectos? 

Para algunos donantes o cooperantes, estas contribuciones representan un indicador de robustez institucional, capacidad para gestionar e implementar un proyecto. Se entiende de este modo que, si una organización está en la capacidad de coinvertir en el proyecto, cuenta con una capacidad y estructura que le permite generar o movilizar recursos adicionales para mantener el proyecto una vez la cooperación termine. 

Las contrapartidas demuestran el compromiso de las organizaciones para gestionar y mantener los resultados de los proyectos a largo plazo. Al contribuir con recursos propios, ya sea en forma de infraestructura, personal, equipamiento u otros, las organizaciones propenderán porque el desarrollo y cierre del proyecto sea exitoso en todo sentido.  

Es común que, incluso cuando los aportes del cooperante sean no reembolsables (donación), se exija una contrapartida que puede variar entre el 5% y el 50% del presupuesto del proyecto. La exigencia de contrapartida aumenta en la medida que aumenta el nivel de renta del país donde se ejecuta la acción. Esto se debe a la convicción de muchos donantes y agencias de desarrollo, de que cuanto más alto sea el nivel de renta, las organizaciones locales tendrán mayor capacidad de contar con otras fuentes de financiamiento. 

 ¿Cuáles son los principales desafíos que enfrentan las organizaciones al cumplir con las contrapartidas? 

 la exigencia de contrapartidas puede resultar difícil y poco realista de cumplir para algunas organizaciones. Esto puede llevar a perpetuar las desigualdades y limitar el acceso a las oportunidades de desarrollo para ciertas comunidades, pues no van a poder acceder recursos nuevos o de cooperación internacional. 

Otro reto es que las contrapartidas suelen ser vistas como una forma de aumentar el poder de las contrapartes locales al darles responsabilidad de aporte de recursos. Sin embargo, la realidad es que, la contrapartida no siempre se traduce en un aumento significativo de poder en el proyecto o programa. En muchos casos, las contrapartes locales pueden terminar sintiéndose en una posición de debilidad, sin tener el nivel de influencia esperado en el proyecto y en la toma de decisiones clave.  

Finalmente, gestionar y documentar las contrapartidas puede agregar una capa adicional de complejidad administrativa, lo que podría aumentar los costos de implementación. 

Alternativas para gestionar las contrapartidas

Ante los desafíos que plantean las contrapartidas, las organizaciones sociales pueden plantear algunas estrategias. Un primer paso importante es validar en los términos de referencia las exigencias de contrapartidas y de qué tipo, pues no siempre se solicitan. Si no está explícito en los términos de referencia o no se indicó en la socialización de una convocatoria, es recomendable validarlo con el donante o cooperante. 

En los casos que sí se requiera contrapartidas, una estrategia es incluir de manera parcial o total los salarios del equipo base de la organización como contrapartida, algunos cooperantes asumen esto como salidas de efectivo de la organización local. Para ello, en la planeación del proyecto se asignan actividades específicas al equipo de planta o contratistas de la organización y dentro del presupuesto el pago a estas personas se asume como una contribución financiera directa al proyecto. Al momento de implementar, la organización puede justificar esta estrategia aportando los comprobantes o extractos de pago de la nómina en la que se evidencia la erogación de dinero para el pago a miembros del equipo que participan en actividades del proyecto. 

Otra estrategia es invitar a otros socios con mayor robustez institucional o financiera a participar en el proyecto que vaya a presentarse. La cooperación internacional promueve cada vez más la participación de más actores y de distintos sectores en la implementación de proyectos. En tal sentido, otras organizaciones del sector público, privado o social pueden aportar contrapartidas en especie o en efectivo para cubrir rubros en proyectos estratégicos que contribuyan al cumplimiento de sus metas e indicadores de sus planes de desarrollo. En algunos países como Colombia, se pueden explorar mecanismos como el de “Contrapartidas Nacionales” de la Agencia Presidencial de Cooperación Internacional (APC-Colombia), que entre 2019 y 2022 destinó recursos del Presupuesto General de la Nación para cofinanciar proyectos de cooperación internacional, con el propósito de ampliar su impacto, llegar a un número mayor de beneficiarios o fortalecer actividades claves de la intervención. 

Por otra parte, el conocimiento generado en las organizaciones sociales es una herramienta invaluable que puede ser valorada y ofrecida como contrapartida. Para ello, hay que saber cuantificar el conocimiento, metodologías, procesos, entre otros. Es importante precisar que, aunque se ponga como contrapartida, nunca se debe ceder su propiedad intelectual ni derechos de uso. 

En síntesis, la adecuada gestión de contrapartidas es fundamental en los proyectos de cooperación internacional.  La contribución de recursos propios no solo demuestra compromiso y capacidad institucional, sino que también pueden desafiar a las organizaciones a encontrar soluciones innovadoras para cumplir con sus compromisos financieros. Sin embargo, no podemos obviar los desafíos inherentes, como la posible exclusión de organizaciones con recursos limitados. En última instancia, al comprender plenamente el papel de las contrapartidas, podemos trabajar hacia una cooperación internacional más inclusiva, efectiva y sostenible, donde las comunidades locales sean verdaderos agentes de cambio en su propio desarrollo. 

Indicadores

Impacto Social
Autor
anuarhernandez
Regiones de Impacto

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