Cómo mitigar el Riesgo Cambiario en Proyectos de Cooperación Internacional
El riesgo cambiario es uno de los desafíos más significativos en la ejecución de proyectos internacionales financiados en una divisa (moneda) distinta a la del país receptor de los recursos. Este riesgo, entendido como la posibilidad de que las fluctuaciones en el tipo de cambio afecten el valor real de los fondos recibidos, recae generalmente sobre quien recibe los fondos, lo que puede generar retos financieros, operativos y administrativos durante la ejecución del proyecto o programa. Este riesgo existe debido a la alta probabilidad de fluctuación de las monedas entre el momento en el que se formula el presupuesto, se aprueba el proyecto y se reciben los recursos.
Escenarios de riesgo cambiario
1. Cuando el dólar (U otra divisa) sube:
Si un proyecto en marcha recibe financiamiento en dólares y la moneda local pierde valor frente al dólar, el receptor puede beneficiarse, ya que tendrá más recursos en moneda local. Por ejemplo, un proyecto en Colombia con un financiamiento de $100,000 USD verá un incremento en pesos colombianos si el tipo de cambio pasa de COP 4,000 a COP 4,500 por dólar. Este escenario puede permitir mayores inversiones en actividades del proyecto, siempre y cuando esto esté alineado con las cláusulas del contrato o donación.
2. Cuando el dólar (U otra divisa) baja:
Por el contrario, si el dólar pierde valor frente a la moneda local, el proyecto sufrirá una reducción en los recursos disponibles. Siguiendo el ejemplo anterior, si el tipo de cambio pasa de COP 4,000 a COP 3,500 por dólar, los fondos en pesos colombianos serán significativamente menores. Esto puede comprometer la ejecución de actividades críticas y generar la necesidad de ajustes presupuestales o renegociaciones con los aliados y cooperantes.
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Buenas prácticas para mitigar el riesgo cambiario
Una práctica recomendada es presupuestar con un margen de seguridad en el tipo de cambio. Una estrategia eficaz consiste en proyectar los costos con una tasa de cambio un 5% a 7% por debajo de la tasa de cambio o tasa de cambio representativa (TRM) al momento de la planeación o presentación de la propuesta. Por ejemplo, si la TRM está en COP 4,400 por dólar, es prudente calcular el presupuesto con una tasa de COP 4,180 o COP 4,092. Este margen puede amortiguar las fluctuaciones adversas, aunque nunca garantizará una certeza absoluta debido a la volatilidad inherente del mercado cambiario.
Otra opción es establecer tasas de referencia desde el área administrativa para la formulación de proyectos. Una forma de hacerlo es revisar el histórico de los movimientos de la TRM del año anterior para definir una tasa de cambio estándar en dólares o euros, y de dólares a otras divisas. Esto permitirá que la persona encargada de la formulación coordine con el área administrativa la tasa a utilizar en las propuestas y determine cuándo será necesario aplicar un ajuste. Además, es importante analizar el histórico de los proyectos y validar si estas reglas son efectivas, considerando en qué casos se obtuvieron resultados positivos y en cuáles no.
Nota: cualquier mecanismo de protección cambiaria debe estar alineado con las políticas financieras de la entidad y con los términos de referencia de la convocatoria.
Otros mecanismos de protección cambiaria
Además de presupuestar con márgenes de seguridad, existen herramientas financieras ofrecidas por bancos y otras instituciones para protegerse contra el riesgo cambiario:
1. Contratos de cobertura (hedging):
Los contratos forward y opciones son instrumentos financieros que permiten fijar un tipo de cambio para transacciones futuras. Aunque tienen un costo asociado, ofrecen una protección sólida contra fluctuaciones inesperadas.
2. Cuentas en moneda extranjera:
Mantener cuentas en dólares u otras monedas internacionales puede reducir la necesidad de conversiones frecuentes y minimizar la exposición al riesgo cambiario.
3. Pagos escalonados:
Dividir los desembolsos en tramos más pequeños y en diferentes momentos del proyecto puede distribuir el riesgo cambiario a lo largo del tiempo, permitiendo ajustes progresivos.
4. Negociación con cooperantes:
En algunos casos, es posible acordar con los financiadores cláusulas de ajuste por riesgo cambiario, donde se revisen los montos desembolsados en función de las fluctuaciones significativas.
La importancia de la confianza y la comunicación constante
La gestión del riesgo cambiario no solo depende de herramientas financieras y estrategias de planeación, sino también de la relación entre el receptor y el cooperante. Una comunicación abierta y constante con el financiador es clave para mantenerlo informado sobre cómo las fluctuaciones en el tipo de cambio pueden impactar la ejecución del proyecto. Esta transparencia genera confianza y facilita la toma de decisiones colaborativas en momentos críticos.
Por ejemplo, si la moneda local se devalúa significativamente y esto afecta la capacidad de completar ciertas actividades del proyecto, comunicarlo de inmediato al cooperante permite explorar soluciones conjuntas, como ajustes presupuestales o desembolsos adicionales. La confianza mutua y una relación sólida pueden ser el factor diferenciador entre un proyecto exitoso y uno que enfrenta obstáculos insuperables.
La importancia de la planificación financiera
El riesgo cambiario es una realidad inevitable en proyectos internacionales, pero su impacto puede minimizarse con estrategias de planificación cuidadosas y el uso de herramientas financieras. Aunque ninguna medida garantiza una protección total, la combinación de buenas prácticas presupuestales, mecanismos de cobertura y comunicación constante con los cooperantes puede asegurar una ejecución más estable y efectiva de los proyectos.